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Cómo acristalar una terraza.

Acristalar la terraza es una de las reformas más comunes entre los propietarios de viviendas y negocios.

Existen muchos materiales y sistemas para este fin, sin embargo,  lo más habitual es la instalación de sistemas de cerramiento de cristal. De este modo se protege la estancia sin perder la transparencia y el respeto a las vistas. 

Cerrar con cristal una terraza techada

En el caso de balcones o terrazas techadas, solo necesitaremos cerrar uno o varios frontales para acristalar la terraza. 

Para este fin, las puertas plegables son la mejor opción, ya que nos permiten cerrar terrazas con grandes huecos, ofreciendo una total hermeticidad y respetando las vistas panorámicas.

El tipo de vidrio será uno de los parámetros principales a tener en cuenta a la hora de acristalar una terraza. Nuestras puertas plegables permiten instalar vidrios a la carta dependiendo de las necesidades concretas de cada proyecto.

Podremos elegir vidrios con gran rendimiento térmico en lugares de temperaturas extremas, cristales con protección solar en zonas de alta incidencia de sol, vidrios acústicos para aumentar la privacidad, puertas plegables de vidrio templado cuando necesitemos una mayor seguridad ante impactos (por ejemplo en negocios), etc.

Si la terraza cuenta con un murete/barandilla, se puede adaptar la altura de los cerramientos para cerrar la terraza con cristal sin ningún inconveniente.

Acristalar una terraza completamente descubierta

Si nuestra terraza no cuenta con un techado previo, necesitaremos instalar un sistema para este fin.

Los techos móviles Airclos son una opción ideal cuando queremos cerrar una terraza con cristal, ya que han sido diseñados con la prioridad de crear confort en las estancias.

Además, como ocurría con las puertas plegables, el uso de paneles de cristal ofrece la gran ventaja de poder crear vidrios totalmente personalizados.

En este tipo de aplicaciones se suele preferir la instalación de techos de vidrio corredizos frente a los fijos, ya que ofrecen la posibilidad de mantener la terraza totalmente cerrada o, por el contrario, abrirla por completo para disfrutar del exterior.